Josefa Parra, Odette Alonso, Ana Tapia, Txus García, Begoña Callejón, Laura Cancho, Mado Martínez, Laia López, Verónica Aranda, Ana Rodríguez y Ruth Llana son las autoras seleccionadas por Carmen Moreno en su antología Mujeres que aman a mujeres, publicada por Vitruvio, que fue presentada en Madrid el pasado día 17.         
En palabras de la propia autora, el libro constituye una apuesta por la buena poesía, más allá del morbo o la expectación que pueda suscitar entre algunos lectores. Los que lean Mujeres que aman a mujeres –dijo- van a encontrar poemas sobre el tiempo, el amor, la pérdida, la mirada íntima… Insisto, buena poesía. También el deseo, sí, y algunos con mucho sentido del humor que es algo que no se le suele presuponer a un poeta.        
Con motivo de su publicación, Carmen Moreno concedió a Domingo F. Faílde una entrevista para El Callejón del Gato, que se inserta a continuación.

"Creo que la literatura que han escrito las mujeres no es sustituible, al igual que la poesía lésbica..."

- Mujeres que aman a mujeres es un libro que nace a la sombra de Safo. Preguntar, a estas alturas, si existe o no una literatura lésbica a mí al menos me parece ocioso, pero ¿qué ha aportado, qué aporta a la poesía esta corriente?    
- Creo que lo que aporta depende exclusivamente de la calidad de las autoras, pero sería absurdo negar que encontrar textos en los que las mujeres hablen abiertamente del amor a otras mujeres, no tiene por qué ser meramente sexual o carnal, hace que nos posicionemos ante un mundo que, por mucho que insistan los hombre y muchas mujeres aún, es meramente masculino.   
- Al leer el prólogo, me ha sorprendido que, comenzando con una negación de la poesía lésbica, concluya con una apasionada defensa de la misma, una contradicción que, lógicamente, no me parece fruto de la casualidad ni mucho menos de la improvisación, ¿cómo la explicarías?    
- Siempre que me plantean si creo en la literatura femenina, o en la poesía lésbica, o en la narrativa culé siento una pulsión primera de negarla porque no entiendo la literatura, en cualquiera de sus ámbitos, fuera de los parámetros de la calidad, así debería medirse la creación artística. Una vez que hago esa afirmación pienso en si Joyce podría haber escrito Orlando, si Cernuda podría haber suplantado la literatura de Gloria Fuertes… Me parece que Ovidio no podría haber escrito el corpus (pensemos que nos ha llegado cercenado) de Safo. Creo que la literatura que han escrito las mujeres no es sustituible, al igual que la poesía lésbica, pero eso no hace que por hallarse en un marco concreto se le pueda perdonar la falta de calidad. De ahí la contradicción que, tiene usted razón, no es casual.

"Seguimos siendo transgresores porque vivimos en una sociedad que niega el amor, que ha convertido los sentimientos en votos hacia la izquierda o la derecha"

- Hablar de ciertos temas, el lésbico entre ellos, ¿sigue implicando transgresión en nuestra sociedad?    
- Sí. Piense en las propuestas de los partidos políticos antes del 20N. El tema homosexual sigue siendo moneda de cambio: o se está a favor de los homosexuales, o se está en contra. Parece como si sólo pudiéramos formar parte de un tipo de sociedad. Nadie se plantea si los homosexuales debemos pagar impuestos, ¿verdad? ¿Por qué, entonces, es tan relevante que podamos amarnos, formalizar nuestras uniones (el matrimonio viene de la época romana y no es más que un contrato), por qué pueden opinar todos? Seguimos siendo transgresores porque vivimos en una sociedad que niega el amor, que ha convertido los sentimientos en votos hacia la izquierda o la derecha. Uno de los sueños sexuales de la mayoría de los hombres es hacer un trío con dos mujeres, pero aún hoy hay que aguantar que te miren raro si te besas con tu novia. ¿Sabe por qué ocurre eso? Porque a las mujeres nunca se les reconoció su derecho a disfrutar del sexo.

"Los que lean “Mujeres que aman a mujeres” van a encontrar poemas sobre el tiempo, el amor, la pérdida, la mirada íntima… Insisto, buena poesía"

- Por qué una antología de este tipo, cómo justificar su conveniencia o necesidad y, en todo caso, qué has pretendido con ella.   
- ¿Por qué una antología de poesía sobre el cine?, por ejemplo. Creo que no se puede justificar más que como un deseo de recopilar a mujeres poetas de una tremenda calidad.   
- Cuando un lector anónimo o, por así decirlo, no iniciado se adentra en este libro, qué es lo que encuentra en sus páginas.     
- Buena poesía. No creo que nadie se acerque al libro por morbo, más que nada porque es un género que no tiene muchos lectores, pero los que tiene son inteligentes y fieles. Los que lean Mujeres que aman a mujeres van a encontrar poemas sobre el tiempo, el amor, la pérdida, la mirada íntima… Insisto, buena poesía. También el deseo, sí, y algunos con mucho sentido del humor que es algo que no se le suele presuponer a un poeta.    
- ¿Qué criterios has seguido para seleccionar a las autoras?     
- A la mayoría ya las había leído. Sólo dos fueron recomendaciones de Laia López, Txus García y Ruth Llana. Obviamente, después de leerlas, tenían que estar. He intentado que todas se muevan en una franja de unos treinta años para ver la evolución.

"Definir a cada una de las autoras resulta complicado..."

- ¿Podrías definir con unas pocas palabras a cada una?  
- Es bastante complicado, pero lo voy a intentar. Les pido perdón de antemano si no se sienten identificadas con lo que pueda decir de ellas. Lo haré por el orden en que aparecen en el libro, si le parece.   
Josefa Parra es un referente para mí. La conocí cuando yo tenía dieciocho años y ella acababa de ganar el Loewe. Desde el primer momento me deslumbró la sobriedad de su verso que para nada es parco, sino que goza de aquello que los clásicos perseguían: elegancia.      
Odette Alonso es la mirada melancólica y tibia cuando habla de lo “único” que llena su poesía, el amor. No me refiero a un amor carnal, sino amor en el más amplio sentido de la palabra: a la tierra, al mar, a la mujer, claro…     
Ana Tapia es de verso envolvente. Ocurre con Ana que cuanto más la lees, más necesitas seguir leyéndola.   
Txus García es la sonrisa en el verso que sorprende. Es una fuerza que traslada a la palabra la enigmática mirada del cabaret llevado a la poesía. Sería como la Chavela Vargas de la antología. Aún no la conozco en persona, pero estoy deseándolo porque es una fuerza de la naturaleza.   
Begoña Callejón me tiene enamorada desde siempre. Nada más leerla en Cenicienta en sangre quise saber quién había detrás de aquellos versos que te cogían del cuello y no te dejaban respirar. Begoña es de esas poetas que el tiempo dará como de las imprescindibles en este país. Su forma de construir imágenes es tan brutal que creo que podía llevarse al cine.   
Laura Cancho es una poeta que utiliza lo corporal de una manera magnífica. Escribe una poesía muy dúctil, muy sensual.    
Mado Martínez puede que sea la más terrenal, la más ligada a los elementos. Posee gran destreza para enlazar la naturaleza y lo corporal.     
Laia López me recuerda siempre a algunas escenas de El ángel azul y creo que es por la delicadeza de sus palabras que se suman a la fuerza de su verbo. Tiene un nervio especial a camino entre la Sexton y Gertrude Steine.    
Verónica Aranda es la más heterogénea. Creo que el hecho de que haya sido y sea traductora le aporta a su poesía un rasgo único que es el de hilar tradiciones, voces y diferentes miradas que hacen que su obra haya sido premiada en muchas ocasiones. Es tremendamente completa y lo mejor es que aún no lo ha dicho todo. Es una de esas poetas de referencia.      
Ana Rodríguez creo que tiene una mirada muy fresca y una manera de construir el poema muy esquemático y certero. Esto hace que su poesía sea como un relámpago que puede cegarte en la primera impresión, pero lo más potente viene luego, en posteriores relecturas.   
Ruth Llana es la que menos conozco. Sólo he podido leer los poemas que hemos incluido en el libro, así que sería muy aventurado decir nada. Desde luego sus poemas me han conmovido y los considero de una proyección tremenda. Es una gran poeta de la que tendremos que seguir hablando, estoy convencida.

"Amar debería significar felicidad, no condicionamiento social"

- Me   parece   observar  que  los puntos  de  vista  de  la  antóloga  coinciden  –también los míos- con la teoría conocida como Queer, que implica –así lo creo- una visión del mundo:  ¿Hasta qué punto coinciden con ella las autoras y los textos seleccionados?      
- La autoras no han tenido miedo de salir en una antología de este tipo (puedo decir que hubo poetas que me dijeron que no querían aparecer, algo absolutamente respetable, por “miedo”), así que creo que todas suscribirían la teoría Queer. De cualquier manera, deberían decirlo ellas. En ningún momento planteé esta antología como una antología de poesía amatoria, ni mucho menos. Quería mostrar la normalidad. Obviamente, los poemas de amor están y es como debe ser porque la normalidad debe implicar poder decir que se quiere a quien sea, sin que, de verdad, le importe a nadie el sexo de la otra persona. Amar debería significar felicidad, no condicionamiento social.   
- Según dicen algunos, el poeta es, ante todo, un creador de atmósferas. ¿Cuál es la de este libro?    
- Creo que tiene varias atmósferas. Las poetas nos van a llevar al cielo, pero también al infierno, incluso consiguen dejarnos en el limbo. Nos vemos imbuidos de alcohol, piel, tierra, locura, pasillos oscuros de internados que albergaban monjas aterradoras, de luz, y manos, de hilos de mar y de babas entre las babas.

"Estamos en el siglo XXI, ya está bien de jugar a ser Dios"

- ¿Qué acogida esperas para Mujeres que aman a mujeres?
- Sé que va a ser un libro de éxito porque las poetas lo merecen. No importa el trabajo del editor, ni el mío, en este caso. Unas autoras como estas merecen lo mejor.
- Hace no muchos días, se anunciaba en Madrid la presentación de un librillo pseudocientífico que pretendía curar la homosexualidad, ¿crees que tu antología pueda ser  el mejor antídoto para las corrientes homófobas que en estos tiempos de involución intentan escudarse en cierta ciencia?
- Esta antología no va a curar a los que consumen ese tipo de libros. Primero, porque no creo que se acerquen a ella; segundo, porque, al contrario que el tipo (lo siento, no voy a llamarle escritor) que firma ese librillo, no queremos curar a nadie de nada. Cada uno que sea como quiera ser, eso sí que respete, por favor. Estamos en el siglo XXI, ya está bien de jugar a ser Dios. Por cierto, fue un verdadero científico el que dijo Dios no juega a los dados, así deberíamos dejar de jugar con la vida de otros seres humanos.
- ¿Más proyectos en esta misma línea?
- De momento, quiero disfrutar de esta antología, aunque estoy preparando otra sobre mujeres también, pero nada que ver con la que nos ocupa. Ahora, vamos a pasearnos por España.


© Una entrevista de Domingo F. Faílde para El Callejón del Gato
     Jerez de la Frontera, 2012